10 de febrero de 2013

¿Quién ha dicho que las tablas de multiplicar son difíciles?

Aunque parece que nuestros hijos siempre dan vueltas sobre los mismos conocimientos, la realidad es que en el colegio cada curso es un escalón más en la escalera que les llevará a su vida adulta.

Es necesario que cada vez suban ese pequeño escalón que a penas les costará esfuerzo. De no hacerlo, si se duermen y no trabajan para conseguirlo, el esfuerzo de subir dos o más escalones a la vez puede provocarles un buen golpe. Como en la vida misma, las escaleras entrañan ciertos peligros.

Si en primer curso de primaria, la dificultad estriba en el gran cambio de metodologías y pautas y en el desarrollo completo de la lectoescritura, en segundo uno de los hándicaps son las tablas de multiplicar. 
En este punto de su madurez, los peques ya entienden que no es rentable hacer una suma repetida pudiendo llegar más rápido con una multiplicación. Pero.... memorizar esas tablas interminables ha sido y sigue siendo, tedioso.
No hay otra. Para este tema sólo funciona LA MEMORIA. La denostada memoria que desde hace unos años se castiga como perteneciente a tiempos pasados. La memoria a largo plazo es necesaria. Es nuestro gran almacén donde guardamos esas cosas que nos han de servir para toda la vida. Pero, ¡ojo! no es necesario que para ingresar un paquete en ese almacén, tengas que grabar a sangre y fuego su contenido. Hay muchas maneras de organizar la información, y ten por seguro que si LA COMPRENDES, será mucho más fácil saber en qué parte de ese almacén tienes que dejarla para luego encontrarla fácilmente.

Las tablas de multiplicar tienen muchos truquis que triunfan entre los alumnos. Normalmente, multiplicar no nos da miedo hasta que llegamos a la tabla del 6. 
Con la tabla del 2 y del 3, sabemos contar mentalmente de 2 en 2 y de 3 en 3. La del 4 es el doble de 2 y siempre es par. La del 5 acaba en 0 o 5... pero la del 6.., la del 7, 8 y 9!!! 
La temida tabla del 9, para la que ya nos faltan dedos, narices y orejas en el cuerpo para contar.... ES LA MÁS FÁCIL.

 Cuando a un niño le cuentas que la tabla del nueve es tan fácil como darse cuenta de que en el resultado, la primera columna asciende del 0 al 9 y la segunda desciende justo al contrario... ya se ha aprendido media tabla. Otra regla nemotécnica es usar las propias manos. ¡Siempre las llevas encima!
Mira tus manos y numera los dedos del 1 al 10.

Para multiplicar 9x1, baja el dedo con el nº1... y te quedan 9 (resultado).

Para 9x3, baja el dedo con el nº3. Delante de ese dedo te quedan 2 deditos levantados (2 decenas= 20) y detrás te quedan 7 dedos, que son las unidades. Por lo tanto= 27.


Funciona con todos los números de la tabla del 9. 
Este método sirve para cuando aún están aprendiendo la tabla. Con la repetición continuada de las multiplicaciones, acabarán fijando en la memoria los resultados y será mucho más fácil acudir a la memoria que ir contando deditos.

Por eso, en un principio, déjales utilizar cualquier apoyo que les sirva para facilitarles la memorización.


Como he dicho antes, hasta la tabla del 5 solemos poder memorizar sin problemas utilizando el cálculo mental. Pero con números mayores es más difícil. Parece que si se nos cuela un 8 o un 9 en la multiplicación ya no sabemos cómo contar. No hay problema.

Aquí tienes una ayudita para calcular el resultado fácilmente y utilizando tus manos.

Igual que antes, nombra tus dedos tal y como ves en la figura de arriba. Esta vez, del 6 al 10 en cada mano.
Cada mano, será uno de los números que se multiplica (recuerda que sólo es válido desde el 6x6 al 10x10).
Y ahora, vamos a multiplicar.
Mira el ejemplo de aquí abajo: 8 x 7.

 Toca los dedos que representan el 8 (de una mano) y el 7 (de la otra). Con esos dos incluidos, cuenta de ahí hacia los pulgares cuántos dedos te quedan (en este caso, 5): esas serán las decenas del resultado--> 50.
Ahora, los dedos que están por encima de los que se tocan, y esta vez, sin contarlos. Multiplica los dedos líbres que tienes en una mano, por los de la otra (en este caso 2 y 3) 2x3= 6. Esas son las unidades de nuestra multiplicación.
En total, sumando, encontramos que el resultado de 8x7 son 56.
¿¿Fácil???
¡¡¡Pues no falla!!!

Compruébalo!
9x7= 60+ (1x3)= 60+3= 63



7x6= 30+ (3x4)= 30+12= 42

 Puedes seguir contando. Todos los resultados son correctos. Ya no tienes excusa para aprender las tablas de multiplicar, aunque sean difíciles.



20 de enero de 2013

El precio de ser una supermamá en tiempos de crisis.

Cuando llega el viernes, aquellas mamás que durante la semana estamos trabajando, respiramos aliviadas al saber que al día siguiente no sonará el despertador... bueno, eso que te lo crees! La realidad es que dejas un trabajo para dedicarte a fondo a otro. No te despierta el despertador, pero lo hace la rutina. 
Esta mañana, harta de dar vueltas e intentar convencerme (sin éxito) de que era domingo y era día de descanso, me he levantado y he decidido empezar el día por la punta.

Al llegar a la cocina me esperaba la luz de la mañana...


...un buen café y los planes del día.
 Hoy toca cocinar. Hay que adelantar toda la comida de la semana, porque cuando llegamos a casa pasadas las 3 de la tade, no podemos empezar a pensar en lo que comeremos. 
El único secreto para ser una supermamá es organizarse. Cuanto más organizado esté todo, mejor funciona.


Con la rutina de los años aprendes a preveer las comidas y controlar los víveres que tienes en casa. Ir a comprar y echar al carro todo lo que te entra por los ojos no es sano. 
Los viernes suelo idear el menú de la semana siguiente y ese mismo día trato de ir a comprar lo que me falta para llevarlo a cabo.
Ni qué decir tiene, que el menú tiene que ser equilibrado. Más aún habiendo niños. Verduras, arroces, pastas, legumbres, carnes y pescados... y a ser posible cocinados de forma sana.
Eso quiere decir: TIEMPO
Lástima que "tiempo" sea lo que hoy en día no tenemos. Suerte que tenemos un trabajo (con la que está cayendo) pero cuando ese trabajo no te da para contratar a quien te haga las cosas en casa, sólo tienes dos opciones: o cocina precocinada... u organización.

Volviendo a mi menú y a la compra ya hecha, ahora toca transformar esos ingredientes frescos y naturales en ricos platos que nos estarán esperando en formato tupper, en la nevera. 
En casa hemos repartido el trabajo: yo me centro en las comidas (más elaboradas) y él en las cenas, que permiten ser un poco más "informales".
Pues.. una vez planificado, ahora vamos a organizar cómo concinar casi todo lo de la lista en el menos tiempo posible y (ojo que esto sí es un reto) dejando la cocina limpia al terminar.

Mi pequeño Teckel parece que ha entendido que la cocina será, esta mañana, su cuartel general. Siempre atento a mis movimientos, mientras cocino no se separa de mi por si se me escapa.. lo que sea.

Llegan las 10'30h. Manos a la obra!
Empiezo por el caldo. Tengo dos ollas rápidas (que funcionan con la misma tapadera) que son una maravilla, así que el tiempo de cocción del caldo se reducirá considerablemente. 
Compré un pollo entero del que aprovecharé la carne para un asado y la carcasa para el caldo. A mi me gusta despiezar y limpiar, no tengo problema en usar mis manos para manipular los alimentos, (alguien me dijo una vez, que las manos son de cristal), y siempre es más barato comprar el pollo entero que por trozos; pero si tienes una carnicería en el barrio, es muy posible que amablemente te lo hagan.


¡¡ Plis, plas!! ...listo!!

 Me acuerdo de mi abuela Resu siempre que cocino. Ella me enseñó muchas de las cosas que se en esta materia. Recuerdo de las mañanas de verano y las tardes de invierno cuando preparábamos las comidas y me contaba cuando ella cocinaba para 12. ¿Qué hacías, Abuela? Primero, una olla para todos. Me levantaba pronto por las mañanas y cuando todos se iban a trabajar, encendía el fuego para que se calentara. ¡¡Abuela!! pero si el fuego YA está caliente!!.. Ah, sí.. ahora que enciendes el botón y quema, antes tenías que poner leña en la cocina de hierro y hacer que cogiera temperatura... Luego ponía un perol enorme y empezaba a echarle ingredientes poco a poco, todo requiere su TIEMPO....

Tiempo.... el tiempo adelanta que es una barbaridad. Si mi abuela hubiera visto todo lo que he cocinado yo sóla esta mañana en unas pocas horas, le hubiera dado un patatús.. y me hubiera dicho: las jóvenes de ahora no sabéis cocinar, con esas ollas que corren tanto. Qué personaje, mi abuela.
Pues como mi olla (rápida) de gran capacidad ya está "caliente" y los huesos que he echado dentro empiezan a sudar, es hora de ir "espumando". Vamos con la verdura del caldo.

Aquí la tenemos, haciendo chup, chup. Quitamos un poco de grasa y cerramos!! 

 En mi lista de menús hay otra comida que necesita ser cocinada con la olla rápida. Puedo usar la unidad de menos capacidad, pero necesitaré la tapa.. así que para dar tiempo, sigo con el hervido de verduras.

Ya le queda poco al caldo. La verdura está en otra olla tomando temperatura. Podemos empezar con el guiso de ternera. Sin prisa, no es una competición.. es domingo y me estoy divirtiendo con la cocina.

 Qué buena pinta tiene este guiso. Mi suegra me hubiera dicho que mejor hiervo primero la carne y luego echo la patata.. sí, lo se. Mi abuela me hubiera dicho que la patata en un guiso que no se gasta en el día, se queda zapaterona... pero yo aprendí de mi madre, una mujer que trabajaba todo el día en su peluquería. Se adelantó a los tiempos modernos. A ella la realizaba su trabajo, era una profesional 100%. Siempre trabajó porque le gustaba, aún teniendo la posibilidad de estarse en casa (como muchas mujeres de su época). Hoy, que no nos queda otra, su ejemplo es mi guía.
Bueno, pues la patata... adentro!. Y punto.


 Vamos.. sigamos.. El caldo ya se puede retirar (allí, al fondo), que se vaya enfriando. 
Movemos de fuego la olla de la verdura y lo apagamos, porque con el calor residual terminará de cocinarse (hay que ahorrar!!!). Y rescatamos la tapa rápida para la ternera. Chup, chuuuup!!

 Me faltó hacer el sofrito del arroz, pero olvidé comprar calamar. Aishhhh!!!! el TIEMPO!! Cuando para uno es muy valioso el tiempo, y necesita hacerlo cundir, no puede ir a comprar "esto aquí", "esto allí".. necesita un lugar donde pueda salir con todo. Bueno.. queda pendiente. 
Ahora vamos a recoger la cocina, a poner en contenedores todo lo cocinado y a empezar a preparar la comida de hoy.

El secreto mejor guardado de una supermami, es tener un buen aliado: un superpapi. Por mucho que parezca que toooooodoo cae en nuestras espaldas, hay que saber organizar y MANDAR. Aquí todos ayudamos, incluidos los niños. Ellos viven en la casa, son parte de la familia, tienen que saber que su colaboración es importantísima.


 Vale, cocina recogida.. segundo round!
Vamos a poner el asado.. y cuando esté dentro del horno, aprovecharemos para preparar un bizcocho y magdalenas.
El mortero es herencia de mi madre. Perteneció a su ajuar.. ¿cuántos de vosotros os habéis acordado de comprar un mortero para el ajuar?? Los tiempos cambian, eh? Este mortero no es nada del otro mundo, es el típico mortero amarillo con manchas verdes, pero le tengo mucho cariño por lo que representa.. y porque toda mi vida he majado en él.
 Tiene buena pinta, eh?? Pues .... al horno!!


 No quiero daros envidia.. pero tengo que enseñaros esta caja de naranjas que nos han regalado. Vivo en plena huerta de Murcia, cerca del río Segura y aquí se crían unas frutas y hortalizas fantásticas. Con esas naranjas, haremos los dulces.

 ¿TIEMPO?........ la hora de comer!! Asado, listo! Moldes, listos! pues.... al horno!! Y programado para que pite y avise, así mientras podemos comer tranquilamente sin tener que estar pendientes del reloj.

 Vuelve a estar la cocina recogida, los tupper tapados y en la nevera. Parece como si no hubiera pasado nada de lo que ha pasado.... bueno, queda la prueba del delito justo... para la merienda: un rico bizcocho casero de naranja y chocolate.

 
¿Para cuántos desayunos dará?
Eso sí.. volveremos a la cocina esta noche, porque les prometí una pizza casera para cenar.